Autor | Jaime Ramos
El sueño de la conducción autónoma continúa madurando, circulando silenciosamente al ralentí. Los avances y las pruebas contrastan con las dudas que arrastra esta tecnológica: ¿será el coche autónomo capaz de cumplir su promesa de reducir la siniestralidad a niveles anecdóticos?
¿Cuál es la probabilidad de accidente con un coche autónomo?
Todavía vivimos en una etapa prematura del desarrollo de la conducción autónoma para prever cuál será la tasa accidentalidad real. En ese aspecto, las compañías de asesoramiento jurídico muestran pronósticos pesimistas (e infundados en su mayoría) del coche autónomo y sus riesgos.
Si echamos un vistazo a varias firmas especializadas en la defensa legal en cuestiones de tráfico, recurren a estadísticas desfavorables para el coche autónomo, con una tasa estimada de 9,1 accidentes por cada millón de millas en Estados Unidos. A su vez, la media de accidentes "humanos" se mueve en torno a 4,1. Ahora bien, esos datos, tan repetidos en el sector, se corresponden con un estudio realizado en 2013. Es decir, una fecha ya caduca.
También encontramos otras fuentes legales que hacen una proyección teniendo en cuenta los tres fallecimientos vividos hasta la fecha en Estados Unidos, asociando este dato a la distancia recorrida y comparándolo con la media de siniestros humanos. Por supuesto, el coche autónomo pierde esta apuesta con estrépito.
Cabe destacar que vivimos unos años en los que el coche autónomo sigue en mitad de su desarrollo y que, por mucho que nos asalten temores en relación a su fiabilidad, todavía no se ha recolectado suficiente información como para adivinar cuál será la tasa de siniestralidad en su apogeo.
Presente y futuro autónomo
Restan años para lograr la irrupción comercial de la conducción autónoma plena o denominado nivel 5. En ese tiempo, los fabricantes tienen pendientes una serie de obstáculos. Sin embargo, en ciertas partes del globo, sobre todo en varias ciudades norteamericanas, se multiplican las pruebas experimentales y los proyectos con tecnologías con ese nivel, o casi.
A la incertidumbre sobre su despegue definitivo se le suman los sistemas de asistencia y pilotos automáticos que los fabricantes de coches ya introducen en sus vehículos y que tienden a confundirse, algo que han denunciado en varias ocasiones entes como Euro NCAP.
Lo que sí sabemos es que, según la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA), el 94% de los siniestros poseen una causa humana. En ese sentido, son muchas las esperanzas depositadas en la reducción de las víctimas que traerá la conducción autónoma. Los estudios apuntan a todo tipo de cifras, desde la erradicación completa de ese 94%, hasta informes más pesimistas (de las compañías aseguradoras) que lo sitúan en una reducción del 35%.
Lo que está claro es que todavía restan unos años en los que el coche autónomo
¿Cómo regular el coche autónomo?
La regulación es uno de ellos. Cada vez está más cerca el momento en que los diferentes ordenamientos jurídicos tengan que posicionarse sobre qué ocurrirá con las responsabilidades penales y civiles.
Por eso, en Estados Unidos, país en los que la jurisprudencia cuenta con un peso específico propio, los profesionales jurídicos se preparan para una probable batalla legal entre proveedores de la tecnología, aseguradoras y víctimas que será determinante para el futuro del coche autónomo. Y es que, en EEUU, los expertos legales temen la complejidad de este asunto, y trabajan con paciencia para establecer criterios definitivos sobre quién será responsable de los deslices del coche autónomo.
De momento y según TechCrunch, en Estados Unidos circulaban en 2019 unos 1.400 modelos autónomos en pruebas de 80 compañías diferentes, la gran mayoría en California.
Un coche autónomo moral
Sobre el dilema de la responsabilidad, no solo es cuestión del determinar el tanto de culpa en caso de siniestro, sino de reflexionar sobre la toma de decisiones. Una de los puntos más agitados del debate de los últimos años ha sido cómo debería actuar un coche autónomo si se ve en una encrucijada en la que, haga lo que haga, provocará un daño sobre un ser humano.
Sobre ello, resulta interesante el experimento: "La Máquina moral". Este sondeó la opinión de más de dos millones de personas en 233 países sobre cómo debería responder un coche ante este tipo de situaciones comprometidas. Ante la complejidad de las soluciones, los responsables apuestan por desarrollar marcos jurídicos adaptados a cada zona y, sobre todo, tratar de dotar a las inteligencias motorizadas de una inteligencia moral que emule la humana. No será sencillo.
Imágenes | Wikimedia.commons/Dllu, Waymo, Volvo Cars