Autor | Jaime Ramos
Los coches no se conducen solos, todavía. Sin embargo, atravesamos un periodo histórico en el que estamos cada vez más cerca. Los seis niveles de conducción autónoma ayudan a entender cuánto se ha recorrido, cuánto resta y, sobre todo, cómo distinguir las modalidades de asistencia a la conducción.
¿Cómo funcionan los vehículos autónomos?
El coche autónomo no afronta un único camino de consolidación tecnológica. Es una suma de innovaciones, cada una con desafíos propios. Llegar al último escalón pasa por alcanzar la madurez con la sensorización; en el despliegue de infraestructuras de comunicación entre vehículo y la vía; o en la aplicación del Big Data y la IA.
Los niveles de conducción autónoma encontramos explican cómo ha de ser ese relato en cuanto a sus retos, pero también con virtudes de las que ya nos beneficiamos. Es el caso de los sistemas ADAS de asistencia a la conducción, que previenen la siniestralidad a la espera de que la conducción autónoma plena cumpla su promesa de reducirla a niveles anecdóticos. Según estiman desde la UE, si el 30% de los vehículos montasen tecnologías de asistencia avanzada, los accidentes caerían un 15%.
Los 6 niveles de conducción autónoma
Los 6 niveles de conducción autónoma tienen su origen en la escala J3016 elaborada por la SAE. La industria se ha apoyado desde 2014 en esta clasificación oficial que unifica criterios en torno a seis etapas.
Nivel 0: conducción 100% humana
Los vehículos que no presentan ninguna tecnología de automatización o asistencia ADAS. El peso de la conducción y todas sus maniobras asociadas recae sobre el conductor humano.
Nivel 1: asistencia al conductor
El nivel mínimo de intervención del sistema incluye sistemas de asistencia comunes en los modelos actuales: control de velocidad de crucero, estacionamiento asistido o mantenimiento en el carril. Algunos también añaden los sistemas de frenado de emergencia. En ciertas partes del mundo los vehículos nuevos incorporan estas prestaciones de serie, como en la UE, donde son obligatorias.
Nivel 2: automatización parcial
En el nivel 2 de conducción autónoma la intervención del vehículo se intensifica hasta copar varias tareas al mismo tiempo.
No quiere decir que el conductor pueda permitirse el lujo de soltar el volante, algo que hemos visto con modelos que incorporan los denominados "pilotos automáticos" (algunos modelos de Tesla). Entes como Euro NCAP advirtieron de lo peligroso que resulta la confusión terminológica.
Nivel 3: automatización condicionada
Este es un nivel de automatización madura, pero supervisada en todo momento por el conductor, que puede y debe tomar el control cuando sea necesario. La industria de la automoción aborda hoy este nivel. El Volvo EX90, por ejemplo, incluye ya los sensores y la gestión electrónica que lo sitúan aquí.
Nivel 4: alta automatización
En esta fase, el vehículo ya no necesitará al conductor humano en determinadas circunstancias. Es capaz de interactuar en esos entornos con total independencia. En caso de requerir la intervención humana, el vehículo lo avisaría y garantizaría la seguridad hasta que el humano tomara el mando.
Nivel 5: automatización plena
VÍDEO: https://www.youtube.com/watch?v=vfirAm1lTMo
El último de los escalones es aquel en el que el vehículo no depende de ningún factor externo o humano para transitar. Es capaz de circular por sí solo. Estos dos últimos niveles se encuentran todavía en fase de experimentación. No hay consenso entre los expertos sobre si se debería permitir o no la intervención humana o si hay que eliminar elementos como el volante o los pedales.
Con todo, no queda mucho para que estos interrogantes se resuelvan. Durante los próximos años, la industria seguirá volcada en seguir avanzado a través de los seis niveles de conducción autónoma.
Imágenes | Flickr/Daniel Ramirez, Volvo