Autor | Lucía Burbano
Generalmente, la urbanización suele ir acompañada de crecimiento económico, aumento de la productividad y una mejora del nivel de vida. Sin embargo, esta premisa no se cumple en Haití. Los desafíos del país en materia de conexión, planificación y financiación han sido obstaculizados por deficiencias en la gestión y una serie de catástrofes naturales que han incrementado la vulnerabilidad del país.
Haití y los retos de la urbanización
Según señala el Fondo Mundial para la Reducción y Recuperación de Desastres y la Recuperación, en los últimos 15 años, Haití ha experimentado una rápida urbanización, duplicando el número de personas que viven en la ciudad. El país caribeño es el tercero más urbanizado de América Latina y el Caribe tras Trinidad y Tobago y México. Más de 133.000 haitianos se trasladan a las ciudades anualmente.
La cuenta del Banco Mundial en Twitter @WBCaribbean lanzó una encuesta y aquellos que respondieron identificaron la infraestructura resiliente y el acceso a los servicios básicos como las dos prioridades más urgentes.
Port-Au-Prince
Los habitantes de la capital del país, con casi un millón de habitantes, tienen dificultades para encontrar alquileres asequibles y acceso a agua corriente. La movilidad es otro reto. Muchos ciudadanos pasan horas en atascos de tráfico para desplazarse a su lugar de trabaj.
Carrefour-Feuille
En Carrefour-Feuille, un suburbio de la capital donde viven casi medio millón de personas, las autoridades tienen dificultades para abastecer a la población de agua y saneamiento básico. De media, el coste de suministro representa entre el 15 y el 20% del presupuesto de los hogares.
Cité Soleil
Municipio extremadamente empobrecido y densamente poblado. Se desarrolló como un poblado de chabolas y llegó a tener entre 200.000 y 400.000 habitantes, la mayoría de los cuales viven en pobreza extrema. El área carece prácticamente de alcantarillado y un sistema de canales abiertos en mal estado cumple esta funció.
¿Qué impide a Haití un desarrollo pleno?
La realidad de la isla caribeña es extremadamente compleja. Haití es el país más pobre del hemisferio occidental. Más de la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. Muchas personas dependen de la agricultura de subsistencia para alimentar a sus familias.
El país también depende en gran medida de los ingresos externos: entre 2010 y 2020 la ONU asignó más de 13.000 millones de dólares en ayuda internacional para Haití, la mayor parte destinada a misiones de recuperación y programas de desarrollo.
El transporte urbano en Haití es un importante factor que limita el acceso a las actividades económicas, el desarrollo y el crecimiento económico. Los niveles de congestión son severos en las principales ciudades debido a la combinación de una mala infraestructura vial, el uso subóptimo del espacio de la vía pública, las frecuentes interrupciones relacionadas con el clima y un sistema de transporte público no regulado que contribuye a limitar la accesibilidad además de incrementar los tiempos de viaje.
Medias en marcha
A pesar de este panorama desolador, Haití ha conseguido ciertos avances, aunque todavía no son suficientes.
Mayor tasa de escolarización
Aproximadamente, el 90% de los niños haitianos asisten ahora a la escuela primaria. El gobierno ha reforzado la infraestructura educativa, transformando el sistema de gestión pública y desarrollando programas de formación profesional.
Respuesta coordinada a los terremotos
Tras el terremoto de 2010, Haití desarrolló herramientas de información y planificación para la gestión de riesgos. Se han cartografiado zonas sísmicas y se lanzó plataforma de datos abiertos Haitidata.org para asignar los recursos públicos con mayor eficiencia después de las catástrofes.
Apoyo internacional
El Directorio Ejecutivo del Banco Mundial aprobó en mayo de 2022 una subvención de 120 millones de dólares para el proyecto Haiti Resilient Connectivity and Urban Transport Accessibility Project. Enfocado en las infraestructuras, el objetivo es mejorar la conectividad rural en el sur de la península y la movilidad urbana resiliente al clima en Cap-Haïtien.
Colaboración de la comunidad
Canaan es un asentamiento de más de 300.000 habitantes situado a 15 kilómetros de Port-au-Prince. Primero se creó como un campamento para los desplazados del terremoto de 2010. Como parte de las actividades de planificación urbana financiadas por la Cruz Roja, en 2019 Habitat for Humanity llevó a cabo distintas evaluaciones de riesgo en colaboración con la comunidad.
Algunos de los proyectos urbanos más exitosos y duraderos de Port-au-Prince contaron, precisamente, con una alta participación ciudadana, provocando que las organizaciones ejecutoras pasaran a desempeñar el papel de facilitadores. ¿Un pequeño rayo de esperanza para Haití?
Fotografías | Unsplash/Heather Suggitt, Unsplash/Susan Mohr