Autor | Lucía Burbano
A pesar de vivir permanentemente conectados y rodeados por otras personas, cada vez es más habitual que las personas se sientan solas. La situación es tal que la soledad puede alcanzar proporciones epidémicas en 2030 a menos que se tomen medidas. ¿Qué están haciendo las ciudades al respecto?
La soledad, un sentimiento contemporáneo
La soledad es el sentimiento que nace de la divergencia entre el contacto social que desearíamos tener y el que experimentamos. Puede tener un efecto perjudicial para nuestra salud mental y física y desembocar en enfermedades como la depresión, el alcoholismo, el deterioro cognitivo y las cardiopatías.
De hecho, mientras que la contaminación, la obesidad y el consumo excesivo de alcohol aumentan el riesgo de muerte de una persona en un 6%, 23% y 37% respectivamente, la soledad eleva este riesgo hasta un 45%.
Mayor soledad en las ciudades
Un estudio publicado en Nature arroja algo de luz sobre cómo la vida urbana influye en la soledad de sus habitantes. Los investigadores desarrollaron una aplicación móvil denominada Urban Mind, basada en una técnica llamada evaluación ecológica momentánea. Consiste en enviar mensajes a los participantes en momentos aleatorios, invitándoles a responder a preguntas.
Entre las cuestiones formuladas figuraban dónde se encontraban en aquel momento, cómo era su entorno y cómo se sentían. 756 personas completaron un total de 16.602 evaluaciones en todo el mundo.
El estudio observó que las aglomeraciones aumentan la soledad hasta en un 38%. Otro estudio encargado por la ciudad de Londres identifica las características clave que magnifican la soledad en la ciudad:
● Vivir por debajo del umbral de la pobreza
● Ser soltero o vivir solo
● Ser una persona discapacitada
● Estar atravesando cambios vitales
● Sentirse diferente o sufrir prejuicios
Herramientas para detectar (y poner remedio a) la soledad
Las ciudades tienen la capacidad de ofrecer algo para todo el mundo, siempre y cuando adopten una estrategia inclusiva.
Estas son algunas soluciones que las urbes pueden adoptar para combatir la soledad.
Mayor participación ciudadana
Es prácticamente imposible diseñar una ciudad inclusiva sin consultar a sus habitantes. Hoy en día existen metodologías como los presupuestos participativos y herramientas digitales para que más personas opinen y ofrezcan soluciones a problemas comunes.
Servicios públicos más amables\
Los ayuntamientos deberían considerar la posibilidad de implementar una mayor "amabilidad" en el trato con sus ciudadanos; una simple conversación sobre el tema que les preocupe o ayudarles a rellenar formularios son algunas medidas identificadas en el estudio realizado en Londres.
Viviendas con más espacios comunes
Los modelos de vivienda que hacen énfasis en los espacios comunes, como patios interiores practicables y zonas de juegos para niños donde pueden reunirse las familias, mejoran la socialización de los inquilinos.
Ciudades que combaten la soledad
Pau, Francia
En 2018, la ciudad organizó cinco talleres en los que invitó a asociaciones, ciudadanos y representantes de la administración a reflexionar sobre las iniciativas existentes para combatir el aislamiento social, pero también sobre nuevas iniciativas que podrían ponerse en marcha basadas en situaciones reales.
El equipo presentó, por ejemplo, el caso de un joven con discapacidad visual que vive con sus padres y que sufre soledad para después pedir a los participantes que propusieran soluciones para ayudarle.
Barcelona
Radares es un programa de acción comunitaria que comenzó en 2008 en el distrito de Gràcia para intentar evitar la soledad no deseada. Se trata de una red formada por vecinos, comercios y farmacias de barrio que están atentos a la dinámica diaria de las personas mayores de su entorno. En caso de detectar algún cambio, pueden contactar con los responsables del programa que, a su vez, avisan a servicios sociales.
Fotografías | Unsplash/Samuel Austin, Unsplash/Semina Psichogiopoulou