Autor | Lucía Burbano
¿Qué revela la demografía de un país o una ciudad? ¿Son relevantes las diferencias en las tasas de nacimiento y mortalidad entre países en desarrollo y desarrollados? El Modelo de Transición Demográfica intenta explicarlo. Sin embargo, su carácter generalista olvida que, como en todo en la vida, existen excepciones.
¿En qué consiste el Modelo de Transición Demográfica?
El Modelo de Transición Demográfica, creado por Warren Thompson en 1929, se basa en las tendencias históricas de la población a partir de dos datos: la tasa de natalidad y la tasa de mortalidad. Según este modelo, la evolución de la población de una ciudad, país o región y su crecimiento está asociada a los datos demográficos.
Consta de cuatro fases:
Primera etapa
Conocida como ‘Antiguo Régimen Demográfico’, es la etapa anterior a la Revolución Industrial. Las tasas de natalidad y mortalidad eran altas, alrededor del 40%-50%.
Ningún país del mundo cuenta con este perfil. La excepción son las tribus amazónicas sin contacto con el exterior.
Segunda etapa
La introducción de la medicina moderna reduce las tasas de mortalidad, especialmente entre los niños. La natalidad se mantiene alta y como resultado la población crece con rapidez.
Es la situación que viven algunos países en desarrollo como Afganistán, Bolivia o Uganda.
Tercera etapa
Las tasas de natalidad disminuyen gradualmente, generalmente como resultado de la mejora de las condiciones económicas y la educación y el acceso a medidas anticonceptivas.
Sri Lanka, Costa Rica o Marruecos son algunos ejemplos.
Cuarta etapa
Las tasas de natalidad y mortalidad son bajas y la población se estabiliza gracias al crecimiento económico, mayores niveles de educación y de atención sanitaria.
La mayoría de los países desarrollados se encuentran en esta fase.
Países y regiones que contradicen el modelo
Asia Oriental
Esta región del mundo difiere de otras zonas como el sur y el sureste de Asia. La tercera fase del modelo no fue consecuencia del proceso de modernización. El final de la Segunda Guerra Mundial y el aumento de los nacimientos que siguió a la desmovilización militar contribuyeron a un aumento de la población.
En Taiwán y Corea del Sur, la preocupación pública por el aumento de la población se manifestó a principios de la década de 1960 y llevó a ambos países a implementar medidas disuasorias como el uso de anticonceptivos, el aborto y la esterilización.
Kurdistán iraquí
El crecimiento de la población en el Kurdistán iraquí está pasando por una etapa crítica de su transición demográfica. De hecho, es muy probable que la región experimente un largo periodo de la denominada ‘trampa demográfica’, cuando la población crece de forma constante y rápida debido a las elevadas tasas de natalidad y de mortalidad.
Con políticas gubernamentales correctas que promocionen programas de planificación familiar, la transición demográfica puede superar esta etapa vinculada a la primera fase del modelo de transición demográfica.
Argentina
Aunque la transición demográfica comenzó mucho antes en Argentina que en otros países latinoamericanos, el país refleja una paradoja. Mientras los países desarrollados, en general, primero se enriquecieron y luego envejecieron, la población argentina muestra un rápido envejecimiento sin haber constituido las bases económicas y sociales que den cobertura a esta franja poblacional.
Europa
Varios estudios afirman que Europa ha completado el modelo convencional de transición demográfica y que ahora está entrando en un nuevo periodo.
Demográficamente hablando, el cambio más relevante es el aplazamiento de la fecundidad en etapas cada vez más tardías de la fertilidad femenina relacionado con la igualdad de género laboral y a una mayor autonomía respecto a las elecciones vitales.
Fotografías | Unsplash/Rod Long, Unsplash/Camylla Battani