Autor | Lucía Burbano
Mientras todavía se debate sobre la implementación de la micromovilidad, otro concepto empieza a reclamar su lugar en la ciudad: la minimovilidad. Las tres y cuatro ruedas empiezan a discutirle el trono a las dos ruedas de las bicicletas y patinetes eléctricos. ¿Convivirán ambos modelos de movilidad en las ciudades? ¿En qué se diferencian?
Características de la minimovilidad
A diferencia de la micromovilidad, este segmento de movilidad urbana está formado por vehículos de tres o cuatro ruedas, generalmente eléctricos, con capacidad para transportar a una o dos personas. Pesan entre 100 y 500 kilogramos y su velocidad varía entre los 25 y 90 km/hora.
También se caracterizan por:
- Están propulsados por electricidad: Los vehículos eléctricos están llamados a sustituir a los vehículos convencionales de combustible fósil como una solución sostenible viable. Sin embargo, la adopción de los vehículos eléctricos ha sido lenta, en parte debido a los elevados costes de adquisición, algo que estos vehículos más pequeños solucionan.
- Pequeñas dimensiones: Al ser más pequeños que los automóviles eléctricos son más sencillos de estacionar. Por otro lado, su mayor tamaño comparado con las bicicletas y patinetes hace que sean más visibles en situaciones de tráfico y, por tanto, más seguros para sus ocupantes.
- Consumen menos recursos: En su fase de producción requieren de menos recursos y energía. Esto es especialmente importante cuando hablamos de baterías eléctricas, cuya fabricación escasea. Muchas regiones, incluida la Unión Europea, no podrán producir suficiente energía verde a nivel local durante décadas.
- Mayor comodidad que bicis y patinetes: Si se comparan con las opciones que ofrece la micromovilidad, este tipo de vehículos son más cómodos, ya que permiten a sus ocupantes sentarse y resguardarse mejor del clima.
La minimovilidad y su espacio en la ciudad
El estudio de McKinsey titulado ‘Minimobility: The next big thing in urban mobility?’, señala que en las zonas urbanas esta tipología de movilidad emerge como una alternativa viable que aporta grandes beneficios como la descongestión, menores requisitos de espacio y bajas emisiones.
Tras analizar una encuesta sobre minimovilidad realizada en ocho países, la consultora comparte que este segmento es especialmente bienvenido en países con una gran tradición de vehículos pequeños, como China. Lo contrario sucede en Alemania y Austria, por ejemplo, acostumbrados a conducir automóviles de grandes dimensiones.
Otro resultado interesante es que, sin importar la nacionalidad, el segmento de consumidores más interesados en estos vehículos habita en zonas urbanas y suburbanas, donde es corriente conducir en distancias más cortas que aquellos que viven en zonas rurales.
Ejemplos de minimovilidad en el mundo
Actualmente, la mayoría de opciones de minimovilidad pertenecen al sector privado. La propiedad compartida es más común en la Unión Europea, especialmente en Francia.
Bzzt Estocolmo
Bzzt es un servicio de minimovilidad "pod-taxi" cero emisiones actualmente en marcha en Estocolmo, Suecia, desde 2017. Se centra en el reparto de última milla mediante vehículos de dos o tres ruedas en el centro de la capital sueca. Uno de cada cinco ciudadanos cuenta con la aplicación y ya se ha expandido a otras ciudades como Malmö y Gotemburgo.
Yipi en Jalisco
Yipi se define como una solución de minimovilidad sustentable en México, donde el 80% de la población vive en la ciudad. Similar a la anterior, también está pensada para viajes cortos que se reservan mediante su aplicación. Desde su web señalan que en América Latina, el transporte es responsable de un tercio de las emisiones de dióxido de carbono, una justificación más que razonable para impulsar su implementación.