Autor | Pablo Vinuesa
La COVID trajo a nuestras vidas una serie de medidas higiénicas que pretendían reducir el contacto entre personas lo máximo posible. Una de ellas fue la rápida implantación de sistemas de smart ticketing para los accesos, con un énfasis especial en el transporte público, tan multitudinario como imprescindible en el día a día.
De hecho, apostar por un sistema unificado y digital en este sector es una de las más interesantes aplicaciones de tecnologías de futuro para el transporte público. Para convencernos de sus muchas ventajas ya hay incluso organizaciones coordinadas a nivel europeo, como la Smart Ticketing Alliance. Pero, ¿en qué consiste este sistema?
¿Qué son los smart tickets?
Los smart tickets o "billetes inteligentes" son la alternativa que la tecnología actual es capaz de proponer para los billetes y entradas impresos en papel. Ese nombre generalista engloba a varios tipos de soluciones cuyo nexo de unión es su relación con lo digital.
Hay muchos ejemplos de uso. Por ejemplo, en Londres la TFL (Transport for London) comenzó ya en la década de los 90 a implantar la tarjeta de viaje Oyster, de tipo contactless, para acelerar el acceso de los viajeros al Metro. Hasta 2013 se contabilizaron más de 60 millones de tarjetas Oyster, con un 85% del total de viajes del consorcio pagados mediante ese sistema.
El uso de los smart tickets va en paralelo a la evolución de los sistemas de pago. Según datos aportados por Deloitte, en Reino Unido entre 2006 y 2017 se pasó de pagar al contado el 62% de las transacciones a menos de la mitad. El viraje es imparable y lo certifican las estadísticas de apps como Moneymailme: hasta dos tercios de los jóvenes ya solo usa moneda digital.
¿Cuáles son las ventajas de usar billetes de tipo contactless?
Al margen del beneficio obvio de gastar menos papel, puede que una de las mayores ventajas se explique con un ejemplo: gracias al proyecto easyConnect se puede viajar de Aquisgrán a Maastrich con un único billete instalado en nuestro móvil. Así, cruzaremos la frontera entre Alemania y Países Bajos prácticamente sin darnos cuenta.
Es decir, la gran utilidad de este tipo de tickets electrónicos es que suponen una gran comodidad para el pasajero. Si además lo llevamos integrado en el smartphone tendremos información actualizada de los horarios y el plan de ruta del viaje. También fomentan la interoperabilidad, especialmente interesante cuando cada país dispone de sistemas y tarifas propios.
Cuáles son los diferentes tipos de smart tickets
Hay varios tipos distintos de smart tickets, cuya tecnología puede diferir sustancialmente. Vemos a continuación algunos de los más usuales.
Mobile tickets
Los mobile tickets son habituales desde hace años. Tras adquirirlos se reciben en un formato que se puede importar en la billetera específica de nuestro smartphone. Nos permiten por ejemplo subir a un avión o acceder a un concierto.
Smart cards
Se llama tarjeta inteligente o smart card a una tarjeta de bolsillo que cuenta con un circuito integrado o TCI. Por comodidad, su tamaño suele ser similar al de una tarjeta de crédito y puede contar con tecnologías como el cifrado seguro.
Otros tipos de smart tickets: eTickets y mTickets
El smart ticketing se puede dar en otros formatos, como un eTicket o billete electrónico que se expide en formato PDF, con un código de barras para mostrar impreso o en el teléfono. Por su parte, un mTicket es un billete que también muestra un código, pero que está contenido en una app de móvil propia.
¿Dónde se encuentran ya disponibles los smart tickets?
No hay duda al respecto: por todo el mundo. Sí es cierto que en cada lugar se usa más un formato que otro. Los datos ofrecidos por la Smart Ticketing Alliance en Innovation News Network indican que en el norte de Europa es más común usar el móvil para este tipo de billetes, mientras que otros países muestran preferencia por las smart cards.
Esta ONG trabaja precisamente para acercar posturas y generar una red de entendimiento común. Esto se debe a que, por ejemplo, Países Bajos usa un sistema de smart card a nivel nacional, en Londres impera la citada Oyster Card (que necesita de un sistema de acceso específico), y en Alemania los viajeros suelen pagar una tarifa mensual a débito.
¿Se convertirán los smart tickets en una presencia diaria en nuestras vidas?
Teniendo en cuenta que su protagonismo se ha puesto de especial relieve durante la pandemia, parece lógico preguntarse si el smart ticketing ha llegado a nuestras vidas para quedarse. Aunque el crecimiento es continuo, una de las preocupaciones es que la tecnología sea compatible, fácil de usar y no cree barreras a las personas de cierta edad o habitantes de entornos rurales.
A favor está que son soluciones mejores para el medio ambiente. También mucho más útiles y seguras, al no poderse extraviar y contar además con sistemas de protección vía software. En Francia, donde se espera que las transacciones digitales pasen del 15% de 2017 a un 53% en el año próximo, su adaptación al transporte público es una prioridad del gobierno.
Veremos un importante desarrollo en los próximos años, que definirá la movilidad del futuro. Y no sólo en lo que respecta a los billetes del transporte público, también con innovaciones tan interesantes como la de una start-up española que propone entradas con tecnología blockchain para dificultar la reventa y aportar una capa extra de seguridad al comprador.
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