Autor | Lucía Burbano
Aunque el Burj Khalifa le "robó" la corona que le había proclamado como el rascacielos más alto del mundo en 2014, el Taipei 101 sigue siendo una torre notable. Especialmente, gracias a su estructura y su amortiguador en masa capaz de soportar terremotos de hasta 7 grados en la escala de Richter, así como los fuertes tifones que azotan Taiwán. Además, es una torre que cumple con criterios de sostenibilidad, una rareza en edificios de altura.
La construcción del Taipei 101
Taipei 101, anteriormente conocido como Taipei Financial Center, es un edificio de oficinas en Taipei, Taiwán, que alcanza los 508 metros de altura. Al completarse en 2004 destronó a las Torres Gemelas Petronas de Kuala Lumpur (Malasia, 452 m) como el más alto del mundo, pero a su vez fue superado por el Burj Khalifa (Dubái, 828 m) en 2010.
Diseñado por C.Y. Lee & Partners, un estudio de arquitectura local, el rascacielos tiene 101 plantas, de ahí su nombre. La construcción del Taipei 101 comenzó en 1999. La estructura se remató en 2003 y las obras concluyeron en 2004. La sección más grande del edificio, entre la base y la aguja, consta de ocho módulos, o agrupaciones, de ocho pisos cada uno. El ocho es, de hecho, un número considerado como afortunado en la numerología china.
El edificio también expresa su carácter distintivamente local en su parecido con un tallo de bambú o una pagoda alargada. Su forma lo convirtió en un símbolo instantáneamente reconocible del país.
El noveno módulo, que remata el fuste principal y sostiene una aguja arquitectónica, tiene una base de 25 pisos en forma de pirámide truncada que proporciona una mayor resistencia al vuelco y rigidez lateral en comparación con un fuste recto, si el sistema estructural se acopla a los pilares perimetrales. La transición de la pirámide inferior a los módulos superiores está resaltada por medallones basados en antiguas monedas chinas.
Señalar también que Toshiba proporcionó para la construcción del rascacielos la tecnología necesaria para disponer de los ascensores más rápidos del mundo, que alcanzan una velocidad de 1.010 metros por minuto. Cuentan con cerramientos herméticos similares a los que emplean las puertas de los aviones para garantizar el máximo confort de los usuarios durante su utilización.
En mayo de 2002, durante la construcción del Taipei 101, un terremoto de magnitud de 6,8 desprendió dos grúas torre de sus soportes, haciéndolas caer al suelo y causando la muerte de cinco personas. El edificio, no obstante, no sufrió ningún daño.
Resistencia a los terremotos: el amortiguador en masa del Taipei 101
El sistema estructural es de núcleo más voladizo, con 16 columnas de acero en el núcleo y 8 supercolumnas de acero en el perímetro. Todas las columnas están rellenas de hormigón armado hasta la planta 62. Cada ocho plantas, unas enormes vigas voladizas de acero unen los pilares del núcleo y del perímetro. El elemento estructural más destacado del Taipei 101 es su amortiguador de masa, que puede verse desde el observatorio público interior.
El amortiguador de acero pesa 660 toneladas métricas y tiene un diámetro de 5,4 metros. Se encuentra suspendido entre las plantas 92 y 87, en el centro del edificio, entre múltiples tensores con bombas hidráulicas que sujetan la base.
En condiciones sísmicas o de tifones, el balanceo del amortiguador tiende a contrarrestar cualquier balanceo del Taipei 101. Si el edificio se mueve hacia una dirección, el amortiguador lo hace hacia el lado contrario para estabilizar y eliminar las vibraciones que pueden poner en riesgo su estabilidad.
La resistencia del Taipei 101 a los terremotos se puso a prueba en 2004 y en septiembre de 2022, cuando se registró un seísmo de 3,8 y 6,9 grados respectivamente. Desde julio de 2010, el Institute of Earth Sciences (IES) de la Academia Sinica opera un conjunto de edificios en TAIPEI 101 (denominado TBA) para registrar de forma rutinaria las vibraciones del edificio y controlar los efectos de los vientos con fuerza de tifón y los terremotos en el edificio.
Taipei 101, el edificio ‘verde’ más alto del mundo
Además de resistir a condiciones meteorológicas extremas, el Taipei 101 recibió en 2011 una certificación LEED de platino, convirtiéndose en el edificio sostenible más alto del mundo.
Según el U.S. Green Building Council, entre las medidas que le hicieron merecedor de esta certificación destacan:
● Disminución del consumo de agua potable en, al menos, un 30% con respecto al consumo medio de los edificios, ahorrando unos 28.000.000 de litros de agua potable al año.
● La utilización de sistemas de gestión y control de la energía (EMCS), permite ajustar las temperaturas, modificar los programas de funcionamiento de las plantas y modificar la distribución de agua fría en función de las necesidades reales de los inquilinos.
● División de los residuos en 26 categorías; un sistema sueco de vertederos verticales y una tasa de reciclado de residuos del 70%.
● En todo el edificio se instalaron lámparas con bajos niveles de mercurio para reducir los niveles de exposición y contaminación potencialmente tóxica.
● Debido al limitado espacio para implementar zonas verdes, se aplicaron prácticas paisajísticas sostenibles, como la restauración del parque Zhong Qiang para restaurar y proteger los hábitats que permiten el florecimiento de la flora y la fauna autóctonas
Fotografías | Unsplash/Marina Pérez, Wikimedia, Unsplash/Frolda