Autor | Jaime Ramos
Pocas inclemencias climatológicas nos engañan con tanta ternura como una preciosa nevada. Hablamos de engaño porque, detrás de la romántica visión del paisaje nevado, se esconde un obstáculo mayúsculo para las comunicaciones. ¿Cómo ayudan las tecnologías actuales a lidiar con estos gélidos desafíos?
¿Por qué la importancia de retirar la nieve de las carreteras?
Las comunicaciones terrestres se ven directamente afectadas cada vez que una nevada arrecía. No es casualidad que sea en las regiones que se acercan a los polos del planeta donde más recursos se dediquen y más técnicas hayan desarrollado para mantener los nexos de comunicación.
Según el Centro Nacional de Información Medioambiental de Estados Unidos cada tormenta de nieve acarrea un coste de 3.900 millones de dólares. Buena parte de ese presupuesto no se dedique solo a daños, sino también a la previsión y la retirada de la nieve de las carreteras.
¿Qué tecnologías suelen utilizarse para la retirada de nieve?
En ese sentido, en las últimas décadas ha habido una evolución tecnológica que va a más y que amenaza con cambiar el impacto de la nueva en nuestras ciudades. Los avances más significativos se produjeron gracias a la motorización.
Como evolución natural de la pala, el ser humano se valió de estructuras propulsadas por el esfuerzo animal para liberar los caminos. La época dorada del motor de combustión permitió el desarrollo de las quitanieves, cuyo concepto permanece todavía y resulta clave para la viabilidad invernal. Ahora bien, las nuevas tecnologías han perfeccionado el comportamiento y la eficacia de estos vehículos. Se complementan, además, con infraestructuras novedosas y las ventajas de la conectividad.
Últimas tecnologías para la retirada de nieve en carretera
Quitanieves digitalizada
El Departamento de Transporte de Minnesota, en Estados Unidos, ha venido aplicando avances desde el campo de la electrónica a la tecnología que gobierna las quitanieves. Así, se ha conseguido una aplicación más eficiente de la sal o materiales usados para despejar las carreteras.
Los nuevos sistemas les permiten conocer más en profundidad las condiciones del pavimento para aplicar soluciones específicas y en remoto.
Hacia la quitanieves autónoma
La nieve es uno de los obstáculos más farragosos para la tecnología que persigue conseguir vehículos 100% autónomos. Curiosamente, una de las soluciones más llamativas para la limpieza viaria en invierno llega desde este ámbito, con pruebas exitosas en varios países.
En Noruega y Suecia se han valido de las quitanieves autónomas de Yeti Move para limpiar la nieve de las pistas de los aeropuertos de Fagernes y Örnsköldsvik. Las máquinas pueden despejar 357 kilómetros cuadrados en una hora.
En una escala más doméstica, encontramos el ejemplo de Snowbot, una unidad robótica ligera capaz de despejar patios, aceras y calzadas.
Monitorización tecnológica
Tan interesante como estos vehículos es la tecnología que saca el mayor partido de los mismos. Y es que su gestión en remoto, junto a la aplicación de la gestión de grandes cantidades de información, exprime su rendimiento o es capaz de ofrecer información más que útil.
Así, muchas ciudades de Canadá y Estados Unidos ofrecen en sus webs municipales información sobre los trabajos de limpieza de nieve. Tal es el caso de Guelph, en Ontario.
La carretera inteligente es, en algunos lugares, también térmica
En vía urbana, una de las soluciones que despejan la nieve y el hielo de la carretera, incluso antes de que se acumule, son los sistemas subterráneos de calefacción. Abundan en las ciudades escandinavas, canadienses y estadounidenses. Dentro de este, la ciudad de Holland, en Michigan, cuenta con la red más extensa del país. Disponen de más de 270 kilómetros de carreteras calefactadas.
Estas innovaciones consiguen que el impacto de la nieve en el transporte y en la vida urbana se reduzca, impactando en la movilidad de los ciudadanos y, por supuesto, evitando un lastre para la economía.
Imágenes | Wikimedia/Jeroen Kransen, Wikimedia/Autor desconocido, Flickr/Stig Nygaard