Autor | Jaime Ramos
Cuando pensamos en energía solar, por lo general visualizamos un tejado o una instalación atestada de paneles fotovoltaicos. Pero, ¿y si este no fuera la única forma de aprovechar el potencial energético de la radiación que desprende nuestra estrella?
En la últimas dos décadas estamos atendiendo a una consolidación de la energía solar. Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), la generación de energía eléctrica marcó récords en 2021, superando los 1.000 TWh en el mundo. Tras la eólica, la energía solar fotovoltaica es la segunda renovable con mayor peso de producción y se espera que su aporte incremente en los próximos años.
Las ciudades no son ajenas a esta tendencia. Los edificios van integrando células fotovoltaicas y, en esa adaptación, han surgido nuevas aplicaciones de tecnologías con mucho potencial que se probaban desde hace tiempo en los laboratorios. Una de las próximas protagonistas son las ventanas solares.
¿Qué son las ventanas solares?
El concepto de ventana solar es sencillo y refiere a la incorporación, junto al vidrio de las ventanas, de pantallas transparentes con células solares que capten la energía que provee el espectro lumínico, y al mismo tiempo, permitan el paso de la luz para ver a través de ellas.
A un nivel más técnico, la innovación se basa en la denominada celda solar Graetzel o célula solar sensibilizada por colorante (DSC), que data del año 1991. Compuesta por un semiconductor, es capaz de generar una corriente eléctrica cíclica gracias a la captación de la luz que lleva a cabo un colorante orgánico.
Ventajas, beneficios y desventajas
Aparte de la obvia generación de electricidad, entre las ventajas de las ventanas solares encontramos:
- Su integración con los vidrios de las ventanas es total. Es decir, no ocupan un espacio añadido, como los paneles solares.
- Su instalación no presenta costes desmesurados, ni reviste complicaciones. Además, se pueden adaptar a todo tipo de infraestructuras, incluso vehículos.
- Las propiedades de la película fotovoltaica (cromáticas, flexibles y de diferentes tamaños y formas) les permiten una fácil adaptación y personalización.
- Refuerzan el aislamiento térmico y acústico de las ventanas convencionales.
Sin embargo, esta tecnología cuenta con algunas desventajas que, hasta la fecha, le han impedido un mayor uso. La más significativa es una eficiencia inferior al de los paneles solares convencionales (que se mueven en torno a una media del 20% de aprovechamiento).
Eso sí, existen desarrollos recientes que prometen elevar ese rendimiento. Tal es el caso del trabajo de la École Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL), que ha logrado elevarlo a cotas de entre el 15% y el 30%
Ejemplos urbanos que montan ventanas solares
El primero de los ejemplos de gran aplicación arquitectónica lo encontramos, precisamente, en la mencionada EPFL, en su SwissTech Convention Center. Sus coloridos ventanales albergaron esta tecnología a lo largo de 300 metros cuadrados.
En varios mercados, como los norteamericanos y europeos, han proliferado con timidez las ventanas solares. Ahora bien, cada vez son más las compañías que las incluyen en su catálogo y ofertan soluciones a distintas escalas, como Ubiquitous en Estados Unidos.
En Australia, la compañía ClearVue lha aplicado ventanas solares a varios edificios públicos, residenciales e invernaderos en torno a su ciudad natal de Perth. Su éxito la he llevado en poco tiempo a una expansión temprana y se prepara para iniciarse en el mercado de Estados Unidos.
Al contrario que ocurre con otras soluciones fotovoltaicas, como las carreteras solares, las ventanas solares demuestran un potencial más versátil. De seguir esta tendencia, en pocos años las veremos en los grandes ventanales de todo tipo de edificios.
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