Autor | M. Martínez Euklidiadas
WiFi 7 es la próxima iteración del estándar de interconexión inalámbrica de dispositivos electrónicos (Wireless Fidelity). ¿Cómo afectará a las ciudades? ¿Qué puede aportar al entorno urbano un nuevo estándar de la Wi-Fi Alliance? Veamos ejemplos de uso aplicados al espacio urbano.
¿Qué es WiFi 7 y qué lo diferencia de versiones previas?
WiFi 7 es solo el nombre para la nueva versión del estándar IEEE 802.11, cuyo primer borrador data de marzo de 2021 con su versión 802.11be, y que en el momento en que se publica este artículo acaba de ser aprobado. IEEE son las siglas en inglés para el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos.
Aunque la sexta versión de esta tecnología, desarrollada gracias al trabajo de la actriz y científica autodidacta Hedy Lamarr a mediados del siglo pasado, aún no ha sido casi implantada -y en muchos lugares seguimos funcionando con versiones previas a WiFi 5- se trata de un avance importante.
40 Gbps, 2,4 GHz con 11 canales de 20 MHz y latencias bajas
Fundamentalmente, y yendo directos al grano, WiFi 7 se diferencia de versiones previas en que es más rápido, ha reducido la latencia (demora en la propagación y transmisión), tiene más capacidad para dispositivos, es más estable y es más eficiente. En todos los sentidos, es mejor tecnología. Aunque no usa ninguna disrupción, quizá sí las cause.
¿Por qué el WiFi 7 importará en las ciudades?
La tecnología WiFi 7 tiene el potencial de cambiar la forma en la que nos conectamos a Internet dentro de las zonas urbanas. Con una conexión más rápida y eficiente, este estándar puede facilitar el desarrollo de aplicaciones que requieren muchos datos y baja latencia.
Más capacidad para entornos densos
Cuando hay mucha gente en un restaurante, a menudo las conversaciones de otras personas saturan el espacio auditivo y nos vemos obligados a hablar más alto. Lo mismo ocurre con la tecnología de WiFi. En un entorno urbano denso, con docenas de dispositivos de la familia, los vecinos y quien está por la calle (autobuses incluidos) los puntos de acceso han de gastar energía gritando. Con más canales más amplios, las diferentes señales podrán encontrar su espacio sin gastar mucha energía.
Internet por la calle: autonomía de personas con ceguera
Muchas personas ciegas dependen de las cámaras de sus teléfonos para saber qué hay cerca. Hacen una foto, la suben a una plataforma o app y esta les lee lo que ve la cámara. Ha habido grandes avances en la identificación de objetos en los últimos años, pero la velocidad de la señal hace de embudo. Con WiFi 7, los usuarios con ceguera podrán escuchar su entorno prácticamente en tiempo real.
WiFi 7 y vehículos autónomos
Aunque sin duda la joya de la corona de la aplicación de WiFi 7 será la conducción semiautónoma o autónoma, que en entornos urbanos resulta muy complicada. Los vehículos autónomos ven con sus cámaras, pero procesan la información en un servidor ubicado a miles de kilómetros de distancia, y se les exige que respondan de inmediato.
Además, los escenarios para estos vehículos se han ido complicando. Conducir de forma autónoma en una autopista es fácil, pero hacerlo en una ciudad pacificada en la que se comparte espacio con peatones, ciclistas, transportistas, etc., es más complicado. Y la ciudad tiende a estos entornos densos y caóticos (para las máquinas) porque benefician a la ciudadanía.
¿Urbanismo WiFi?
Como disciplina ecléctica, el urbanismo tiene muchas capas. Una de ellas es la capa digital, y dentro de esta la infraestructura de telecomunicaciones es imprescindible. Por ejemplo:
● El autobús que emite WiFi puede ser usado para verificar cómo de llenas están las papeleras de su ruta.
● Mediante esta red es posible monitorizar fugas de agua en cualquier punto de la acometida.
● También es posible usar la infraestructura digital de la ciudad para saber las preferencias de los usuarios.
● Puede servir como base para monitorizar la humedad del suelo de los parques.
Un nuevo cerebro para la vivienda
Hacia la calle, el estándar WiFi 7 sin duda tendrá una participación significativa, especialmente cuando sea irradiado desde entornos públicos como la flota de autobús municipal, las bibliotecas o los colegios. Pero donde más importancia cobrará será de puertas para adentro.
En casa, el WiFi 7 permitirá el visionado de películas y contenido en 8K (aunque cabría preguntarse si merece la pena para nuestro ojo humano), será posible subir e interactuar en streamings en tiempo real y sin apenas lag, y facilitará mucho la jugabilidad de videojuegos fluidos.
Además, permitirá más dispositivos conectados al mismo router de forma más estable, aunque será difícil que una familia conecte los 253 dispositivos que permita la tecnología, por muchos electrodomésticos y ventanas que domotice.
Lo que sí es probable que ocurra es que el router se integre con algún tipo de dispositivo que le permita procesar información en lugar de simplemente redirigirla. En la ciencia ficción, la vivienda suele tener un cerebro, y este podría ser el router asociado a la emisión de WiFi.
Imágenes | CDC, Frederik Lipfert, Solveig/Adobe Stock