Autor | M. Martínez Euklidiadas
La sucesión ecológica es un elemento fundamental en la renaturalización de espacios urbanos y periurbanos. Un modo muy barato de lograr un ecosistema tan sano y resiliente como sea posible. Si bien es cierto que en entornos urbanos hay limitaciones, lo cierto es que están dando muy buenos resultados.
¿Qué es la sucesión ecológica y por qué es importante?
La sucesión ecológica es un proceso por el que un entorno pasa por diferentes cambios en el tiempo, dando cada etapa lugar a la anterior.
La sucesión primaria consiste en la colonización del suelo por parte de microorganismos. A esta sucesión la sigue la secundaria, dado que los microorganismos sirven de anclaje para la vegetación. En la infografía, es el movimiento hacia la derecha.
Lo contrario a la sucesión es la pérdida del ecosistema en cascada. Esto ocurre cuando un ecosistema dañado se queda sin un apoyo fundamental y es incapaz de sostenerse. El ecosistema se simplifica y atrofia, tal y como muestra las ‘perturbaciones’ de la infografía (hacia la izquierda).
Así funcionan las comunidades clímax
Aunque la sucesión ecológica secundaria es algo que ocurre de forma natural, la humanidad puede contribuir a ella. Es muy conocido el caso de Yellowstone, un entorno altamente degradado por la actividad humana (próximo al punto 3 de la infografía) y sobre el que se introdujeron lobos en 1990.
Los lobos regularon la plaga de ciervos y alces, y la vegetación arbórea tuvo espacio para crecer. Las bayas y los árboles atrajeron a aves, reptiles y castores. Estos últimos crearon presas que reconfiguraron el entorno y consolidaron la biosfera. Se alcanzó la llamada comunidad clímax, una comunidad estable.
La ventaja de las comunidades clímax es que, una vez alcanzadas, no requieren de ayuda humana para su desarrollo. Son autosostenibles y sus servicios ecosistémicos no dependen de costes como puedan ser la caza de ciervos o el desbroce. Una vez lograda, la comunidad clímax es estable.
¿Son posibles las comunidades clímax en ciudades?
Para que cierto terreno alcance, a través de la sucesión secundaria, el nivel de comunidad clímax, lo primero que requiere es un espacio suficientemente amplio como para poder desarrollar una elevada complejidad biológica. Para ello, el suelo ha de estar sano, la vegetación y fauna han de poder desarrollarse sin barreras y, un aspecto que choca con la ciudad, no puede haber ‘limpieza’.
En la naturaleza no existen residuos. Las heces o los cadáveres de unas especies son el sustrato de otras. Es más, es imposible alcanzar comunidades clímax sin dejar que la materia biológica se descomponga, algo que entra en conflicto con el higienismo urbano. La silvestración tiene topes en el urbanismo actual.
Por este y otros motivos, en las ciudades no suele ser viable el concepto de sucesión ecológica para alcanzar el clímax. Los espacios verdes son más jardines que ecosistemas complejos, pero hay entornos en los que se está recuperando parcialmente el ecosistema, alcanzando un compromiso aceptable.
Renaturalización urbana: el camino a seguir
"Restaurar ambientalmente los ecosistemas artificializados" o "gestionar en equilibrio con los procesos naturales, ajustando el metabolismo urbano al de la biosfera" son algunas de las guías básicas para renaturalizar las ciudades y reducir su impacto al tiempo que se aumenta la calidad de vida en ellas. Algunos ejemplos son:
● Río Manzanares (Madrid). Al abrir las esclusas que impedían la sucesión ecológica aguas arriba, la vegetación ha ido colonizando el caudal.
● Isarauen (Múnich). El río Isar sufrió durante décadas las consecuencias de la urbanización. Hoy en día es, de nuevo, un paraje natural.
● Singapur. La ciudad lleva años ampliando las zonas naturales protegidas (marinas incluidas) para dejar que la naturaleza siga su curso.
● Medellín (Colombia). Esta ciudad tiene un ambicioso plan de renaturalización urbana para mitigar los efectos del cambio climático.
● Queensland (Australia). Existen varios proyectos de bosques periurbanos interconectados para permitir la movilidad de especies.
Imágenes | Rad Pozniakov, LucasMartinFrey. M. Martínez Euklidiadas