Autor | M. Martínez Euklidiadas
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Yakarta se hunde bajo el peso de sus edificios. El vaciado del agua del subsuelo y las crecidas del Mar de Java debido al calentamiento global trabajan para inundar cada pocos meses la ciudad. Tras años de hablar sobre una posible vía de escape, el Parlamento indonesio aprobó una ley para cambiar la capital de la nación a la isla de Java bajo el nombre de Nusantara.
La imagen que ilustra este artículo no muestra la construcción de la futura urbe, sino el minado Kalimantan. Pero durante varias décadas esta región podría tener un aspecto similar. Cientos de miles de hectáreas han sido reservadas para la construcción de Nusantara, y las críticas ecologistas aumentan a medida que se acerca el inicio de la actividad constructiva. ¿Cómo será esta nueva capital?
Nusantara, una nueva capital para Indonesia
Con un coste de más de 28.400 millones de dólares (probablemente muchos más en la práctica) el gobierno indonesio construirá una ciudad completamente nueva que cumpla "una función centralizadora y sea un símbolo de la identidad de la nación", según Suharso Monoarfa, ministro de Planificación.
A diferencia de Yakarta, altísimamente contaminada, Nusantara funcionará como un área baja en emisiones que contendrá el gobierno y todas las funciones administrativas. Más centrada respecto a la totalidad de Indonesia, Borneo parece el lugar idóneo donde levantar una nueva ciudad.
Además del gobierno, en Nusantara pretende concentrar industrias punteras como los sectores farmacéutico, médico o tecnológico, así como todas aquellas que promuevan el crecimiento sostenible. Con una ubicación privilegiada en el centro del archipiélago (Nusantara significa islas exteriores en javanés) pretende convertirse en el nodo del país.
El urbanismo tras Nusantara
Nusantara se erigirá en Kalimantan Oriental, la segunda provincia más grande de Indonesia y zona este de la isla. Esa misma región ya cuenta con dos ciudades importantes, Samarinda y Balikpapan, que por desgracia para el entorno basan la práctica totalidad de sus actividades de talar la selva primigenia y extraer petróleo. Balikpapan incluso dispone de su propia refinería y polución derivada.
Nusantara no puede cometer los mismos errores por los que sí pasó Yakarta, como sería no diseñar una política ambiental que le permita una sostenibilidad a largo plazo, pero tampoco puede copiar la dinámica de sus futuras vecinas Samarinda y Balikpapan.
Esto es algo que sí tienen en mente los dirigentes. Según Joko Widodo, presidente de Indonesia, Nusantara "será el punto de partida para una Indonesia basada en la economía ecológica, a través de la innovación y la tecnología". El presidente ya se ha comprometido a no invadir las áreas verdes protegidas, aunque estas son escasas y no están conectadas entre sí.
Las primeras maquetas y rénderes muestran una Nusantara integrada en la naturaleza, con edificios rodeados de verde, quizá evitando los errores urbanísticos del siglo XX. Sin embargo, no ha trascendido aún ningún elemento de su desarrollo urbanístico, aunque se descarta la dispersión occidental en favor de edificios de altura.
Observando ciudades de nueva creación en Asia (particularmente en China), se espera que Nusantana sea una urbe que evite fórmulas como las del colonialismo que sí se observan en Yakarta, así como que siga una política ambiental similar a la de las ciudades esponja, evitando los problemas ambientales de la actual capital.
¿Qué ocurrirá con la ciudad de Yakarta?
Históricamente, cuando una capital se ha movido de lugar, la antigua ha seguido poblada e incluso ha llegado a crecer. Lagos (Nigeria, 1991), Río de Janeiro (Brasil, 1960), Melbourne (Australia, 1927) o Filadelfia (EEUU, 1800) son algunos ejemplos de ello.
No se espera que Yakarta reduzca su tamaño, no hay ningún plan para reubicar a la población, ni existe alternativa al hundimiento paulatino de la ciudad. Como Venecia, Yakarta continuará su huida hacia abajo durante tantos siglos como haya habitantes viviendo. Diez millones de personas la habitan hoy.
Sí hay un plan para reubicar cerca de un millón y medio de funcionarios, algo que podría desestabilizar de forma considerable la actual Yakarta. Sin esos ingresos públicos continuos, es probable que la ciudad sufra un declive acelerado. Por contra, Nusantara tiene todas las cartas para florecer.
En teoría, Yakarta seguirá siendo el centro financiero y comercial del país, en parte debido a que toda la infraestructura del país está actualmente focalizada allí. Sin embargo, el traslado de la capital y el inevitable hundimiento de la antigua ciudad parecen condenarla a muerte. Eso sí, quizá en muchos decenios, quizá algún siglo. El hundimiento es relativamente lento, como en Venecia.
El impacto ambiental de la nueva capital
Borneo es la tercera mayor isla del planeta y posee un entorno relativamente virgen. Casi todo es terreno inexplorado y sus 18 millones de habitantes se concentran en la costa, a diferencia de los dos millones de indígenas que viven en el interior. Según todos los estudios sobre el traslado de la capital, construir Nusantara está considerado una catástrofe natural en ciernes.
Nusantara ocupará, como poco, 56.000 urbanizadas (aunque se han reservado ya 256.000 hectáreas) y trasladará en principio a un mínimo de un millón y medio de personas, aunque se espera que con el tiempo crezca hasta un tamaño próximo al de la actual Yakarta. La mayor presión se la llevarán los orangutanes de la isla, una especie que ya está en peligro de extinción.
Se suman el elefante de Borneo, el pangolín malayo, el oso malayo o la pantera nebulosa. Los impactos ambientales serán enormes, y se suman a una deforestación que lleva 50 años en marcha y que ya pone en peligro a decenas de especies. Kalimantan es una de las pocas regiones en las que los orangutanes viven en su hábitat natural, aunque la actividad de Samarinda los presiona.
El futuro de Indonesia descansará en Nusantara
Yakarta es insostenible, literalmente no se sostiene. Su hundimiento futuro es una realidad ineludible y no existe duda de que dentro de unas décadas buena parte de la población tendrá su vivienda bajo el agua o, lo que es lo mismo, habrá emigrado a otro lugar. El traslado de la capital no es algo que pueda evadirse ni de lo que sea posible escapar. Yakarta morirá, al menos en parte.
Una alternativa a Yakarta es la construcción de Nusantara, un proyecto que exigirá un impacto ambiental considerable, motivo principal de las críticas (seguido de cerca de la opinión pública de los yakartianos que no pueden marcharse), mientras que otras que ya se han descartado consisten en ampliar de forma notable algunas ciudades ya existentes.
Nusantara será construida, y probablemente fusione Samarinda y Balikpapan a modo de conurbación debido a las migraciones que se esperan a esa región de Borneo. La mirada internacional observa el proyecto dentro de los límites soberanos del país, y espera que los errores en la política de agua y mitigación del calentamiento global no vuelvan a repetirse.
Imágenes | Dominik Vanyi, Tim Shepherd, Chris Charles