Autor | Lucía Burbano
En 2021 se cumplen veinte años del inicio de la construcción de las islas artificiales de Dubái, el conjunto de archipiélagos construidos por el hombre más grande del mundo. Anunciado a bombo y platillo como el proyecto estrella del imparable desarrollo urbanístico del Emirato Árabe, dos décadas después el panorama es muy distinto al imaginado por sus promotores. Islas por concluir, proyectos abandonados, el mar reclamando su lugar… aún así, Dubái no tira la toalla y confía en que, a pesar del retraso, su sueño se convierta en realidad.
El estado actual de las islas
A principios del siglo XXI, Dubái experimentó un frenesí urbanístico que posicionó al Emirato Árabe como la capital de las excentricidades y récords arquitectónicos. El proyecto más ambicioso fue la construcción de las islas Palmera, a las que más tarde se unió The World y The Universe, actualmente en construcción. En total, un conjunto de cinco archipiélagos artificiales promocionados como un oasis de lujo que le ha ganado terreno al mar.
- Islas Palmera. Formadas por Palm Jumeirah, Palm Jebel Ali y Palm Deira. Miden, respectivamente, 5,6 km², 8,4 km² y 46,35 km² y aumentan en 320 km la superficie de playas de Dubái. Deira recibió sus primeros visitantes en diciembre de 2020, mientras que Jebel Ali continúa su desarrollo y Jumeirah es la más desarrollada de las tres.
- The World. Conjunto de 300 islas que forman un mapa del mundo. Sus 9,34 km² agregan 232 kilómetros de costa. El proyecto, a pesar de iniciarse hace 17 años, sigue incompleto y es el que más problemas ha registrado.
- The Universe. Una recreación de las constelaciones cuya finalización está prevista entre 2023 y 2028.
En veinte años, problemas de diversa índole han ido aflorando: retrasos en las obras, impagos, deudas, problemas judiciales, un impacto medioambiental irreparable, el hundimiento de algunas islas…A pesar de que estos imprevistos han puesto en jaque la viabilidad del proyecto, su promotor, Nakheel, no lo da por muerto.
Primer problema: crisis económica y del petróleo
La crisis financiera e inmobiliaria de 2008 y la caída de los precios del petróleo en 2014 que alimentan la economía del emirato fueron los primeros golpes a la viabilidad de este macroproyecto.
La cronología de los eventos es larga y compleja, pero en esencia se resume en inversores privados que se echaron para atrás, deudas millonarias de la promotora, juicios y obras paralizadas sin fecha de reanudación.
Sus problemas todavía perduran. En 2018, las ventas de nuevos desarrollos inmobiliarios se desplomaron un 46 % en el primer trimestre de aquel año. Desde finales de 2014, los precios del mercado de compraventa de viviendas han caído un 15%.
Varios proyectos inmobiliarios se han propuesto reflotar el proyecto de The World, con la entrada de inversores como la startup filipina Revolution Precrafted, que invertirá 3.200 millones de dólares en la construcción de apartamentos de lujo y un hotel.
The World: amenaza de hundimiento
Continuando en The World, la empresa marina Penguin Marine fue la primera en advertir, en 2010, del hundimiento de este conjunto de archipiélagos. La empresa, encargada de suministrar servicios logísticos y de transporte a las islas, se encargaba periódicamente de realizar mediciones para garantizar su seguridad.
El principal motivo es que la arena extraída del fondo marino para construir los 300 archipiélagos estaba, lentamente regresando a su lugar de origen. Una fotografía tomada desde la Estación Espacial Internacional en febrero de 2010 mostró evidencias de que, efectivamente, las aguas del Golfo Pérsico estaban subiendo y que las islas empezaban a desaparecer.
Por el mismo motivo, los canales de navegación entre los archipiélagos se obstruyeron. Nakheel, la promotora del proyecto, negó la mayor y acabó ganando el juicio contra Penguin Marine, que quiso rescindir su contrato.
Según informaciones de la NASA, Palm Jumeirah también se estaba hundiendo a un ritmo de cinco milímetros al año.
Prematura erosión de los materiales de construcción
Las islas artificiales se sustentan mayormente en una base de arena y roca. A pesar de que Dubái está rodeada de desierto, para la construcción de las islas artificiales se empleó arena del fondo marino, más adecuada para este tipo de construcciones porque es más compacta.
Según las conclusiones de los estudios ambientales presentados por el investigador Bayyinah Salahuddin, las playas de Dubái pierden entre 10.000 y 15.000 metros cúbicos de arena al año. La edificación de Palm Jumeirah, que ha afectado al flujo natural flujo del viento, ha provocado que las mareas incrementen este ritmo de erosión. La consecuencia es que el depósito del sedimento marino se ha desplazado 40 kilómetros en un lustro.
Todo el movimiento producido durante la construcción ha afectado a la biodiversidad marina, enterrando bancos de ostras y dañando de forma irreparable al coral que habita en el fondo.
La subida del nivel del mar
Este problema no es exclusivo de Dubái. La Agencia de Medio Ambiente de Abu Dabi alertó en 2017 que en el peor escenario previsto del cambio climático, en el que se contemplan subidas del nivel del mar de hasta 9 metros, sería catastrófico para Dubái y sus islas artificiales. Aproximadamente el 85% de los residentes de los Emiratos Árabes Unidos viven en zonas costeras.
Para protegerlas del oleaje, las islas están delimitadas por un gigantesco rompeolas. Éste no supera los 2 metros sobre el nivel del mar para no enturbiar las vistas a residentes y visitantes. La consecuencia inmediata es la alteración artificial de los flujos marinos y la disminución de las corrientes marinas. A largo plazo, esta barrera se antoja insuficiente si se cumplen las peores previsiones o incluso, las más optimistas.
La alteración de las corrientes marinas y la pérdida de biodiversidad autóctona pueden incrementar este problema. El ritmo de construcción exacerbado experimentado en la primera década del siglo XXI y la contaminación asociada a esta actividad tampoco ayuda a mitigar el calentamiento de la ciudad ni el del Golfo Pérsico.
¿Quién vive en las islas de Dubái?
Posiblemente la isla más exitosa sea Pal Jumeirah, la más pequeña de las tres Palm Islands. Mejor conectada que el archipiélago The World, está muy desarrollada y alberga un buen número de hoteles, empresas y viviendas, tanto apartamentos como casas independientes, cumpliendo su función de "retiro" para ciudadanos acaudalados de todo el mundo. El resto de las islas se encuentra en un estado de habitabilidad y desarrollo bastante inferior, por no decir que están desoladas.
Por más que pueda haber propietarios, no hace falta bucear en registros censales o catastrales para comprobar la situación real. Un simple vistazo desde el espacio a través de herramientas como Google Maps basta para comprobar que el terreno ganado al mar, a pesar del enorme esfuerzo involucrado, permanece en gran medida sin construir, siendo en gran medida islotes de blanca arena salpicados por matorrales.
Al margen de Pal Jumeirah, el resto de las islas en sí mismas están muy escasamente pobladas. El alto precio de la construcción, las dificultades financieras de sus promotores y los temores al hundimiento de las islas con el paso de los años reducen el atractivo de varios proyectos otrora fastuosos. No obstante, hay algunos hoteles, edificios comerciales proporcionando servicios (incluyendo espacios para eventos privados) y un puñado residencias particulares. La vivienda más conocida posiblemente sea la situada en la isla de Groenlandia, dentro del archipiélago World Islands. Fue la primera en ser construida y fue concedida como regalo en 2006 al piloto de Fórmula 1 Michael Schumacher.
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