Autor | M. Martínez Euklidiadas
Las energías renovables juegan un papel importantísimo en el desarrollo sostenible. Sin ellas sería absolutamente imposible descarbonizar las actividades humanas. Hace mucho tiempo que la fotovoltaica y la eólica dejaron de ser ‘alternativas’, y ya son mucho más asequibles que quemar combustibles.
¿Qué es la energía renovable?
La energía renovable es aquella que se obtiene de fuentes virtualmente inagotables que se regeneran de forma natural sin acción humana. No debe confundirse con las ‘verdes’, renovables de bajo impacto; ‘sostenibles’, no necesariamente renovables pero sí viables a largo plazo; o ‘alternativas’, título que se usa para las energías emergentes de alto coste.
Tipos de energía renovable
Según la normativa europea sobre renovables, existen:
Energía solar
Existen varios tipos de energía solar. El más directo es su uso para calentar una vivienda o un circuito de agua gracias a un colector solar [4,2]. Aunque el más conocido son las placas fotovoltaicas [1,7 – 20] que transforman la radiación solar en energía. Por último, existen grandes centrales térmicas solares (abajo) que usan heliostatos o espejos para captar energía [1,6 – 1,9].
Entre corchetes se ha colocado la tasa de retorno energético (TRE o ERoEI), que es la energía obtenida por unidad de energía invertida. Así, por cada julio usado para construir y mantener una placa fotovoltaica se obtienen entre 1,7 y 20 julios de energía útil.
Energía eólica
La energía eólica usa aerogeneradores [5 – 80], ubicados tanto en tierra como en mar (a estos se les llama offshore), que funcionan como un motor invertido. Al girar con el viento, transforman la energía del viento en electricidad.
Energía hidroeléctrica
La energía hidroeléctrica [11,2 – 250] consiste en turbinar agua aprovechando un salto de agua. Su TRE puede ser altísimo, pero el impacto que tiene en el entorno y los asentamientos humanos existentes en la zona de explotación la hace muy controvertida.
Energía geotérmica
La energía geotérmica [1,9 – 13] usa el calor del interior de la Tierra. Se puede usar para calentar un circuito de agua o para turbinar y generar electricidad.
Energía mareomotriz
La energía mareomotriz (en investigación) usa la frecuencia de las olas del mar para generar energía con un generador eléctrico. Está emparentada con la aún menos conocida e investigada energía azul, que se basa en la presión osmótica en las zonas de unión entre ríos y mares.
Energía por biomasa y biocombustibles
El uso de esta energía renovable es muy controvertido. Su coste es muy elevado (su precio no tanto), vierte carbono a la atmósfera y eleva de forma no sostenible el precio de alimentos básicos. Además, el TRE rara vez supera la unidad.
¿Cómo invertir en energías renovables?
La forma más directa de invertir en energías renovables es instalando placas solares o invirtiendo directamente en parques de aerogeneradores. Si esto no es posible, siempre se puede adquirir energía de comercializadoras 100% renovables.
A diferencia de los combustibles fósiles, cuyo precio no deja de aumentar debido a su escasez y su TRE no deja de bajar porque cada vez cuesta más extraer esos recursos limitados y contaminantes (en 1940 el TRE del petróleo era de 100, hoy es de 8), las fuentes de origen renovable se abaratan con el uso.
Dicho de otra forma, cuantas más familias, ciudades y gobiernos instalen fotovoltaica y eólica junto a las ciudades, más resilientes serán estas y más asequible será su energía.
Hay que destacar que en 2000 se alcanzó la paridad de red eólica en EEUU (2010 en Europa, 2019 en China), lo que significa que desde esas fechas es más asequible generar energía con aerogeneradores que quemando combustible. La paridad de red fotovoltaica se alcanzó en 2014. Hace mucho tiempo que dejaron de ser ‘alternativas’.
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