Autor | M. Martínez Euklidiadas
La contaminación atmosférica es uno de los retos del siglo XXI, y es que nueve de cada diez personas en el mundo viven en un entorno que no cumple los requisitos mínimos de calidad de aire. Recientemente se ha descubierto que 99 de cada 100 europeos respiran, no se puede decir de otro modo, aire tóxico. ¿Qué pueden hacer las ciudades para limpiar su atmósfera? ¿En qué herramientas se pueden apoyar sus políticas públicas? Reducir el uso de coches, climatizar sin combustibles y usar vegetación son algunas de las claves.
¿De dónde proviene la contaminación atmosférica urbana?
Para responder a la pregunta de cómo reducen la contaminación las ciudades inteligentes, primero es importante entender cuáles son las fuentes de la contaminación atmosférica dentro de ellas:
● Consumo de combustibles con objetivos varios como son la generación de electricidad, el transporte, la industria y la calefacción.
● Las emisiones industriales derivadas de no combustibles, como los disolventes.
● La agricultura, entre ellos agroquímicos, pesticidas o bioinsumos.
● Falta de tratamiento de residuos o tratamiento inadecuado, desde incinerar materia a dejarla en vertederos donde emiten gases.
En función de estos elementos, entre los que destaca el tráfico rodado de vehículos a motor particulares y las calderas de combustión, se toman diferentes medidas.
Cerrar los centros urbanos: cómo sacar los coches de las ciudades
Los vehículos a motor particulares son la mayor fuente de contaminantes urbanos (y no urbanos) en prácticamente todas las regiones del mundo, salvo quizá aquellas en las que el vertido de gases de plantas de carbón o térmicas cerca de las ciudades. ¿Cómo pueden las ciudades quitar coches?
Un estudio de 2022 realizado por Paula Kuss y Kimberly A. Nicholas resumía las 12 mejores acciones para ir sacando los coches de las ciudades, entre las que destacan (1) incluir peajes urbanos de pago por uso, (2) retirar plazas de aparcamiento para peatonalizar y tender carriles bici y (3) limitar la entrada de coches.
Estas medidas han de venir acompañadas de alternativas peatonales, movilidad ciclista y de transporte público colectivo (a ser posible eléctricos o de hidrógeno).
Más vegetación, menos humos: cómo las plantas hacen de filtro
Aumentar la masa vegetal (no necesariamente arbórea, aunque también) es uno de los objetivos de los municipios que buscan mejorar la calidad de vida en la ciudad. Sin ser la panacea, las plantas ayudan a filtrar contaminantes urbanos, y reducir asimismo la contaminación acústica y térmica.
Para que tengan éxito, las estrategias de infraestructura verde han de seguir un plan estratégico que conecta las áreas verdes de la ciudad, invirtiendo el patrón actual de islas verdes en un mar de asfalto en algunas islas grises en un ‘bosque urbano’.
Materiales y tecnologías innovadores que se pueden usar en las ciudades
La instalación fotovoltaica masiva dentro de las ciudades reduce o directamente evita el uso de plantas térmicas industriales próximas, pero también facilita el cambio a un sistema de climatización eléctrico mediante bomba de calor.
También ayuda el pavimento permeable cuando no es posible incluir suelo (tierra viva) como sumidero de contaminación atmosférica. Y a estos materiales se suman la agricultura local y de km0, cuando estas prescinden de algunos químicos, ayudando a fijar carbono.
En 2021, la OMS publicó nuevas directrices de calidad del aire, más restrictivas, solo para darnos cuenta de que el ambiente contaminado era aún más problemático de lo que se pensaba. Entre los objetivos actuales de las ciudades está el reducir al mínimo algunos de los compuestos de contaminación atmosférica, muchos de los cuales no tienen un nivel mínimo seguro (son lesivos en cualquier concentración). La toma de decisiones es más acuciante.
Imágenes | Nil Castellví, Ashley Baxter